lunes, 11 de abril de 2016

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La homonimia y la polisemia son situaciones en las que un conjunto de letras o de sonidos tiene varios significados:
  • dos o varias palabras son homónimas si coinciden en su forma escrita u oral pero tienen diferentes orígenes;
  • una palabra es polisémica si tiene varios significados pero un único origen.
Por tanto, la homonimia es una relación entre palabras mientras que la polisemia es una propiedad que puede tener una palabra concreta. En los diccionarios las palabras homónimas suelen tener artículos separados, mientras que la polisemia se indica con las diferentes acepciones dentro de cada artículo.
La homonimia tiene además dos modalidades: son homógrafas las que se escriben igual y homófonas las que se pronuncian igual. En español, las homógrafas son homófonas (pero no a la inversa, pues vaca y baca son homófonas pero no homógrafas).
Un concepto similar a la homonimia es la paronimia: las palabras parónimas son las que se parecen sin ser iguales, como apto y acto.

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§ 1. SIGNO, SIGNIFICADO, SIGNIFICANTE Para ciertas personas, la lengua reducida a su principio esencial es una nomenclatura, es decir, una lista de términos que corresponden a otras tantas cosas. Por ejemplo: etc. etc. Esta concepción es criticable por muchos conceptos. Supone ideas completamente formadas que preexisten a las palabras (sobre este punto véase más adelante, página 138), no nos dice si el hombre es de naturaleza vocal o psíquica, porque arbor puede considerarse bajo uno u otro aspecto; finalmente deja suponer que el lazo que une un hombre a una cosa es una operación muy simple, lo cual está muy lejos de ser cierto. Sin embargo, este enfoque simplista puede acercarnos a la verdad, mostrándonos que la unidad lingüística es una cosa doble, hecha del acercamiento de dos términos. En la página 25 hemos visto, a propósito del circuito de la palabra, que los términos implicados en el signo lingüístico son físicos y están unidos en nuestro cerebro por el lazo de la asociación. Insistamos en este punto. El signo lingüístico une no una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica1 . Esta última no es el sonido ma terial, cosa puramente física, sino la psíquica de ese sonido, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos; esa representación es sensorial, y si se nos ocurre llamarla «material» es sólo en este 1 Este término de imagen acústica quizá parezca demasiado estrecho, porque al lado de la representación de los sonidos d e una palabra también está la de su articulación, la imagen mu scular del acto fonatorio. Pero para F. de Saussure, la lengua es esencialmente un depósito, una cosa recibida de Fuera (véanse páginas 26-28). La imagen acústica es por excelencia la representación natural de la palabra en cuanto hecho de lengua virtual, al margen de toda realización por el habla. El aspecto motor puede por tanto estar sobreentendido o, en cualquier caso, no ocupar más que un jugar subord inado en relación a la imagen acústica. : A RBOR EQU OS Curso de Lingüística General - Ferdinand de Saussure 3 sentido y por oposición al otro término de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto. El carácter físico de nuestras imágenes acústicas aparece claramente cuando observamos nuestro propio lenguaje. Sin mover los labios ni la lengua, podemos hablarnos a nosotros mismos o recitarnos mentalmente un poema. Y porque las palabras de la lengua son para nosotros imágenes acústicas, hay que evitar hablar de los «fonemas» de que están compuestas. Este término, que implica una idea de acción vocal, no puede convenir más que a la palabra hablada, a la realización de la imagen interior en el discurso. Hablando de los sonidos y de las sílabas de una palabra, se evita ese malentendido, con tal que recordemos que se trata de la imagen acústica. El signo lingüístico es por tanto una entidad psíquica de dos caras, que puede ser representada por la figura: Estos dos elementos están íntimamente unidos y se re quieren recíprocamente. Busquemos el sentido de la palabra latina arbor o la palabra por la que el latín designa el concepto «árbol», es evidente que sólo las comparaciones consagradas por la lengua nos parecen conformes con la realidad, y descartamos cualquier otra que pueda imaginarse. Esta definición plantea una importante cuestión de terminología. Llamamos signo a la combinación del concepto y de la imagen acústica: pero en el uso corriente este término designa, generalmente, a la imagen acústica sola, por ejemplo, una palabra (arbor, etc.). Se olvida que si arbor es llamado signo, es sólo porque lleva en sí el concepto «árbol», de tal suerte que la idea de la parte sensorial implica la de la totalidad. La ambigüedad desaparecería si se designara a las tres nociones aquí presentes mediante nombres que se impliquen recíprocamente al tiempo que se oponen. Nosotros proponemos conservar la palabra signo pata designar la totalidad, y reemplazar concepto e imagen acústica respectivamente por significado y significante; estos últimos términos tienen la ventaja de señalar la oposición que les separa, bien entre sí, bien de la totalidad de que forman parte. En cuanto a signo, si nos contentamos con ese término es porque, al no sugerirnos la lengua usual ningún otro, no sabemos por cuál reemplazarlo. Curso de Lingüística General - Ferdinand de Saussure 4 El signo lingüístico así definido posee dos caracteres primordiales. Enunciándolos dejaremos sentados los principios mismos de todo estudio de este orden.




http://www.gramaticas.net/2011/11/ejemplos-de-polisemia.html





polisemia

La polisemia (de "poli"-, muchos, y el griego "semia", significado), en lingüística se presenta cuando una misma palabra o signo lingüístico tiene varias acepciones o significados. Una palabra polisémica es aquella que tiene dos o más significados que se relacionan entre sí.


La polisemia se puede producir por muchas y distintas causas:1
  • Cambio de aplicación. A lo largo de la historia, la realidad a la que se refiere una palabra ha cambiado de forma o ha pasado a aplicarse a un nuevo referente.
Por ejemplo, la palabra tecla, aplicada inicialmente a los instrumentos musicales, se ha aplicado después a las máquinas de escribir y finalmente a cualquier pieza móvil que puede pulsarse.
  • Especialización en un medio social. En el lenguaje técnico de una profesión determinada o en un estrato social en concreto, la palabra puede adquirir un significado especializado.
Por ejemplo, la masa a la que se refiere un panadero no es la masa a la que se refiere un albañil que habla con su peón, y ninguna de estas dos es la masa a la que se refiere el profesor que explica una clase de física a sus alumnos.
  • Lenguaje figurado. Los hablantes nombran los objetos mediante términos metafóricos (pata para nombrar la de la silla) o metonímicos (copa para nombrar el vino).
  • Homónimos reinterpretados. Dos palabras homónimas con significados parecidos, cuya etimología se ha perdido, pueden ser consideradas una sola palabra polisémica en la cabeza de los hablantes.
Por ejemplo, la palabra reja cuenta con dos etimologías distintas: una para la reja del arado y otra para la ventana enrejada.1
  • Influencia extranjera. Por calco semántico, una palabra en español puede adquirir significados que esa palabra tiene en una lengua extranjera.
Por ejemplo, por influencia del inglés, la palabra evento ha adquirido el significado de acontecimiento importante

https://es.wikipedia.org/wiki/Polisemia